¡Feliz cambio de estación!

I

¿Sientes que te pica la nariz? ¿tienes los ojos llorosos? ¿una tos seca repetitiva? ¿desanimada? ¿cansada? ¿melancólica? ¿es 21 de septiembre y vives en el hemisferio sur? Pues no vayas al médico, querida, a no ser que hayas necesitado más de 40 pañuelos en una hora y ya en vez de nariz tengas una berenjena. Si es así corre por un antihistamínico. De lo contrario, si el lagrimeo es sólo molesto y el cansancio soportable, entonces mira y escucha lo que te dejo y alégrate pensando que lo que te pasa es lo que le pasa a la naturaleza: que despierta (ya sé que en los casos graves preferirías que se quedara durmiendo), pero ¿cómo te vas a perder este espectáculo?

II

¿Los días empiezan a hacerse muy cortos? ¿las tardes no te dan para nada? ¿Enciendes la luz con más frecuencia? ¿Estás más cansada de lo habitual? ¿Parece que te han quitado la vitalidad? ¿Es 21 de septiembre? ¿Vives en el hemisferio norte? No te preocupes, empieza el otoño, acaban de terminar tus vacaciones, los niños han vuelto al colegio, la rutina se instaura en casa, el frío empieza a llegar (tímidamente) y el sol cada vez se ve menos. ¿Miras con melancolía las fotos de las vacaciones en el pueblo, o quizás en la playa, o quizás en París? Déjalas, ya las volverás a mirar más adelante; ponte la media y la rebeca, cómprate un libro y siéntate en una cafetería a tomarte una buena merienda (desayuno, aperitivo, tapa o postre, lo que toque o lo que puedas) y no te pierdas esto:

Con esta entrada participo en la fiesta virtual que Natalia de Almitas Encantadas organiza para celebrar la llegada de la primavera. Yo he ampliado la celebración al otoño. Por celebrar, que no quede.