Creo que tener una casa ordenada no sólo ahorra tiempo (para encontrar las cosas, para limpiarla...) sino que hace que el ambiente parezca más bonito. Hay desórdenes planificados que son muy atractivos, desórdenes bohemios, desórdenes creativos, desórdenes, a veces, inevitables. Pero, en esos casos, yo deseo que todo vuelva a estar en su sitio. Probablemente, todo eso no sea más que la justificación que una neurótica hace de su compulsión. ¡Qué le vamos a hacer!
Mi sobrina Espe, afortunadamente, no tiene ese problema. Pero, además, con su enorme creatividad ha encontrado la forma de solucionarlo. A mí me encantaría tener a Mary Poppins en casa. Aunque, conociéndome, seguro que no me parecería suficientemente ordenada.
Gracias Espe, por permitirme hacer uso de tu video y por tu ayuda técnica.
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