Esta no era la entrada que tenía prevista, pero ya me cansé. No es este un blog dedicado a la política. Pero sí es un blog que intenta fomentar el buen rollo, la buena onda, la alegría, la creatividad, la originalidad, y nada de eso es posible si, la mayoría, tenemos miedo. Miedo a no conseguir trabajo, miedo a perderlo (si todavía lo tenemos), miedo a protestar por las medidas de represión que podamos sufrir, miedo a que nuestro sueldo (si lo tenemos) cada vez dé para menos, miedo a perder derechos, miedo a no recibir asistencia médica gratuita, miedo a no recibir la mejor educación posible, miedo a no poder investigar, miedo a que lo excepcional empiece a parecer lo normal, miedo a que la gente pierda la memoria, miedo a que la gente no sea capaz de aceptar que se han equivocado, miedo a quien dice 'no se puede hacer otra cosa', miedo a quien dice 'los otros hubieran hecho lo mismo', miedo al vecino porque él te puede quitar un trabajo, miedo a que los hijos, los sobrinos, los nietos tengan que emigrar para encontrar una oportunidad... miedo al miedo.
Se sabe que ante el miedo hay dos opciones: o luchas o huyes. Pero también hay una tercera opción: quedarse inmóvil (una forma de huida, en definitiva), desaparecer, que no te vean, no existir, no hablar, no actuar. ¿Y qué pasa si muchos, muchísimos que tienen miedo huyen o callan? Pues que, efectivamente, desaparecen, no existen. Y sólo se oye una voz, un discurso, una forma de ver las cosas, una ideología.
Confío en que la tolerancia a la injusticia sea menor que la tolerancia al miedo. Y que la gente no soporte esta situación y salga a la calle. La próxima semana se celebra el Día Internacional de los Trabajadores, el día 1 de mayo (si quieres saber más sobre la historia del Primero de Mayo puedes leerla aquí). Aunque en muchas ciudades se han convocado manifestaciones antes de ese día, la celebración de este año en nuestro país debería ser especial. Ya veremos. Podemos tomarnos este fin de semana para reflexionar sobre el tema.
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Pero hoy es viernes y no puedo dejarles (ni quiero quedarme yo) con mal sabor de boca. Por eso, les muestro unas flores: amarilis y flores de azahar (con naranja incluida) que me trajo mi madre del pueblo.
¡Feliz fin de semana con flores y reflexión!