Cuando ves muchas imágenes semejantes y a mucha gente opinando favorablemente acerca de algo, el ojo y tu opinión se va conformando a lo que Locke llamaba 'la ley de la moda' [en mucho casos por encima de "las leyes de Dios o las del juez" (Ensayos sobre el entendimiento humano,, 1894)]. El reproche de los otros por no seguir tal ley influye en los gustos y opiniones, pero, generalmente, la transformación paulatina de la opinión es sincera y terminamos firmemente convencidos de que lo que hace diez años no nos gustaba, ahora se ve más bonito, de otra manera, incluso podríamos decir en nuestra descarga que 'no es exactamente igual', 'tiene otro aire', 'otro estilo', y lo llamamos 'vintage' o 'rústico actualizado'. Nunca diríamos que la pintura de la mesa está 'desconchada' sino que la hemos envejecido con la técnica del decapado, tampoco diríamos que los muebles blancos están sosos, ni que la ropa de cama con encajitos y puntillas son ñoños, simplemente es 'shabby chic'. Ahora los sacos de papas con olor a bodega se usan para tapizar butacas de estilo clásico y mi abuela no se lo creería si viera como los sacos de harina de la panadería donde trabajaba mi abuelo, que ella blanqueaba y bordaba para hacer bolsas para el pan y manteles que luego vendía, ahora cuestan un pastón en tiendas que decoran las estanterías donde los exponen con cintas de madroños. Todo de lo más chic.
Me he quedado muy sorprendida cuando, buscando páginas que mostraran antes y después, esas alucinantes transformaciones que con un poco de imaginación (y de dinero, en la mayoría de los casos) crean bellos lugares, he encontrado baños en los que confundí el antes con el después. Lo oscuro se sustituyó por lo claro, las maderas barnizadas se lacaron, el color dorado dio paso al plata y fotografías caseras se sustituyeron por unas maravillosas imágenes preparadas por expertos. Esos fueron los cambios fundamentales.
Todo es mejorable, sin duda, y un baño funcional y bonito puede ser un baño funcional y lujoso. Y un baño funcional y lujoso puede ser un baño funcional, lujoso y a la moda, pero todo tiene un límite ¿o no? Creo que me quedo con los baños que me gustan, aunque no sean ni lujosos ni a la moda. Pero ¿hay alguna forma de controlar que el ojo y la opinión se modifique y que lo que te guste no sea lo que está de moda? Lo dudo.
Caso I
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Caso II
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Caso IV
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Caso V
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Caso VI
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Caso VII
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